En 2005 La Barranca se encuentra en una situación de continuidad inusual para la banda: la misma formación del Denzura lleva más de tres años tocando junta. Tienen en su haber decenas de conciertos y se han conformado como una unidad en vivo. Por ello, en un intento por renovarse, deciden enfrentar su siguiente trabajo en estudio como un concierto en vivo. Es así como se graba El Fluir en los estudios El Cielo de Monterrey, con el apoyo de Fractal Records.
Como en Tempestad, prescinden de invitados externos, y esta vez incluso de sonoridades acústicas. El resultado es un disco de rock, con una sonido quizá menos distintivo, que aspira a recrear las presentaciones de la banda en vivo. Pero con canciones nuevas.
Entre estas destacarían: Ser un destello, Una tarde en la vida, Hendrix, Si acaso hay vida. Y la dedicada a Toña La Negra, Zafiro.
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