En 2002 La Barranca reaparece con una nueva formación. El guitarrista de Santa Sabina, Alejandro Otaola, y el baterista José María Arreola, quienes llevaban ya tiempo trabajando con La Barranca en sus presentaciones en vivo, se integran a la banda para grabar un nuevo disco. Con ellos llega también el bajista Alonso Arreola. El cuarteto había estado presentando en vivo el disco Yendo al cine solo, de Aguilera, así que tenían ya la experiencia de tocar juntos.
Denzura retoma lo aprendido por La Barranca hasta entonces y se construye en forma similar a Rueda de los Tiempos, de manera independiente y con Eduardo del Aguila. También aquí hay sampleos, arreglos de cuerda y pianos (esta vez tocados por Otaola). Pero la energía, las canciones y el sonido también son, naturalmente, diferentes. El resultado es un disco sofisticado que por momentos se aleja bastante del rock (de hecho, esa era una de sus premisas).
Contiene canciones que pronto serían favoritas: Animal en extinción (de la que se grabó un video con Daniel Jiménez Cacho), Hasta el fin del mundo, No mentalices (a partir de una idea que dejara Fong antes de irse a NYC), el homenaje a Juan José Arreola, Kalenda Maya, y la canción que da titulo al disco, que para Aguilera era “un punto donde se tocan el rock, el son, el blues y la canción”.
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