Un ex marine insomne que ha retornado de la Guerra de Vietnam llamado Travis Brickle (Robert de Niro) trabaja como taxista nocturno en la ciudad de Nueva York.
Travis, un hombre solitario, inadaptado en su entorno profesional y personal, se enamorará de Betsy (Cybill Shepherd), una atractiva mujer que colabora en la campaña electoral de un aspirante a gobernador.
Gran guión de Paul Schrader para este sensacional trabajo de Martin Scorsese en el que el pequeño director retrata las preocupaciones vitales de un insomne y solitario taxista nocturno de la ciudad de Nueva York, antiguo veterano de la guerra del Vietnam, incapaz de integrarse en una colectividad que él califica de corrupta y putrefacta.
Desde la perspectiva vaporosa de su taxi, vemos como sus múltiples prejuicios van conformando una personalidad cada vez más tendente hacia el comportamiento violento, una iracundia que le servirá para expulsar muchos de esos traumas obsesivos en una carnicería premeditada desde una repulsiva conciencia.
La sociedad que le ha rechazado y que él mismo intenta limpiar, será la que lo lleve a esa disposición, en una situación catártica que paradójicamente le convertirá finalmente en un héroe.
Bernard Hermann pone música a una sombría y densa fotografía de Michael Chapman y el sabio talento narrativo de Martin Scorsese nos invita a darnos un climático paseo nocturno por el Hades particular de un personaje alienado, Travis Bickle, modelado desde los postulados políticos, económicos y sociales de una comunidad propensa a las meras vacuidades. |
Aunque el film pueda contener un engañoso mensaje violento como medio redentor, no es más que un fresco urbano sobre el origen de esa virulencia en la sociedad desde la óptica de un personaje huraño y enfermizo, quizá producto de esa misma sociedad.
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